El día del padre es un día especial, y por eso, merece la pena celebrarlo de manera especial.
Pero no hay que confundirse, celebrar no es siempre sinónimo de grandes fiestas, organizaciones imposibles y regalos carísimos. La mayoría de las veces, con lo que nos quedamos es con el simple hecho de pasar tiempo juntos con la familia y amigos y disfrutar de una excursión, una comida, sobremesa, de juegos al aire libre y risas sin riesgos, estrés… y sin prisas.